Y lo cierto es que el Celta salió bien. Intentó llevar la iniciativa, y al poco de comenzar, Iago Aspas tuvo la mejor ocasión del partido. Aprovechó un balón en largo para plantarse solo ante Biel Ribas, pero prefirió regatear al defensa y estrellar el balón en el portero charro.
A partir de ese momento, el Salamanca apretó un poco y el plan de Herrera se vino abajo a las primeras de cambio. Era el minuto 12 cuando Perico remató completamente solo un centro desde la banda para batir a un blando Yoel y poner el 1-0. Eso sí, sería prácticamente el único error de la defensa de 5 en todo el partido.
Con el gol, el Salamanca se acomodó y le dejó la posesión a un Celta falto de ideas y de creación. Michu lo intentó con un poderoso disparo desde la frontal, pero el balón se fue lamiendo la base del poste derecho defendido por Biel Ribas. Las posibilidades, realmente, se reducían a las llegadas de Michu, a las subidas y centros de Dani Abalo o alguna genialidad de Iago Aspas.
El Celta tocaba y tocaba, buscando un hueco entre una defensa con mucho desorden pero que, por acumulación de hombres, conseguía salvar el pellejo. Dani, que tuvo unos minutos buenos, dio profundidad al equipo y de sus botas salieron acciones de peligro que pocas veces tenían un rematador en condiciones.
El Salamanca apenas inquietaba a Yoel, su única baza ofensiva se limitaba a balones parados. Cuando estaba a punto de morir la primera parte, y después de que recibiera un fuerte golpe, Abalo se retiraba del terreno de juego. Herrera introducía a Joan Tomás, una de las pocas soluciones ofensivas posibles que había en el banquillo.
La segunda parte comenzó con una pájara importante en el Celta que se zanjó de la mejor manera posible: con un gol. Iago Aspas colocó de manera brillante una falta directa ante la que pudo hacer algo más Biel Ribas.
El Salamanca veía como su ventaja se veía neutralizada en un partido vital para ellos. Tenían al Nàstic, que marca el límite del descenso, a 1 solo punto. Balta dio la orden, por tanto, de ir al ataque pero la producción ofensiva de los charros era nula. Tenían la posesión, pero se atascaba en los momentos decisivos, bloqueados por una defensa que, al menos, evitó desastres de jornadas pasadas.
Su mayor peligro eran quizás las faltas laterales, aprovechándose de la nulidad defensiva de los vigueses en estas acciones, algo que sin duda tendrán que mejorar con Ángel Rodríguez.
El Celta, por su parte, esperaba una contra. En una de ellas, Iago Aspas se fue con precioso detalle técnico de su marca y dejó un buen balón al que Michu llegó tarde y forzado, haciendo inútil la mejor ocasión de la segunda parte.
Herrera dio entrada a De Lucas, que aportó poco al equipo. Bien es cierto que ambos equipos, pasado el minuto 70, firmaron la paz y ninguno arriesgó demasiado dando por bueno un empate que sirve más a celtiñas que a charros.
Otra vez como visitante, el Celta sacó su versión buena. Sin ser el equipo demoledor de la primera vuelta, volvió a evidenciar síntomas de mejora.
La defensa de 5 no defraudó. El equipo fue más firme atrás y solventó con más o menos éxito las pobres acometidas de los salmantinos, obviando claro está el gol de Perico. Habrá que ver qué hará Herrera el domingo frente al Rayo. Mientras tanto, el celtismo puede volver a tener atisbos de esperanza.
FICHA TÉCNICA
1-U.D.Salamanca: Biel Ribas, Sito Castro, Moratón, Goikoetxea, Juanpa, Héctor Yuste, Zamora, Kike López, Toti, Perico (Sarmiento, min.65) y Marcos Márquez (Juanjo, min.65).
1-R.C.Celta: Yoel; Hugo Mallo, Murillo, Túñez, Sergio Ortega, Roberto Lago, Bustos, López Garai, Michu (De Lucas, min.76), Dani Abalo (Joan Tomás, min.43) y Iago Aspas (Papadopoulos, min.82)
Goles: 1-0, min.11: Perico; 1-1, min.49: Iago Aspas
Árbitro: Bernabé García, del colegio murciano. Amonestó a Juanpa, Moratón, Sarmiento, Dani Abalo, Sergio Ortega, Hugo Mallo, Murillo.
Campo: El Helmántico, 7.882 espectadores.
